miércoles, 28 de febrero de 2018

Ha pasado el tiempo

Ya hace meses que no escribo, la verdad es que muchas ganas no tenía pero supuestamente hay que liberar presión antes de que estalle la olla.

Hoy tuve un gran susto, enorme y claro, justificado porque pensar que uno va a perder a alguien siempre representa sentimientos muy fuertes pero esta vez todo se me relacionó a perderla a ella. Casi como si ahora las perdidas me lleven a ese vacío que significó dejarnos.
Aún me pregunto mucho si pensará en la relación, en nosotros; paso con el iluso pensamiento de si habrá ya cambiado (como si eso pasara en serio).

La vida es extraña. ¿Cómo me permití a mí mismo quererla tanto, cómo sabiendo que ella no estaba segura de nada y que ni éramos similares en nuestra forma de pensamiento me lancé a entregarle(me) tanto? y lo más ilógico: si yo terminé todo porque sabía que era más lo que sufría, ¿por qué la pienso y extraño como si fuera la chica de la que me enamoré en un principio?

El corazón es extraño porque cuando se deja hacer daño, lo manifiesta muy claramente. Pero luego con amnesia quiere volver pensando que ahora todo va a estar bien. Qué bien que de vez en cuando la memoria sale heroicamente al rescate.

El tiempo es una extraña medicina, es como tomar té hirviendo todos los días esperando que a uno algún día se le olvide que el calor existe pero sabiendo que el calor siempre va a estar ahí.



No hay comentarios: