lunes, 13 de diciembre de 2010

mmm

Si la pienso tanto... ¿Será porque todavía la quiero?

jueves, 18 de noviembre de 2010

Como un niño...

Hoy no tengo mucho que escribir, por más que sienta mucho más que en otros días.
   Te extraño y creo que mucho. Yo sé que es un estupidez, porque cuando estuviste cerca yo no te buscaba y ahora que no estás, me quejo de que te extraño. Quiero pasar la noche/madrugada escuchando trova española. Desde el soñador de pelo largo, seguido de la esperanza que hoy puede ser un gran día, pasando por desfile de ropa interior, hasta terminar en que sólo pienso en ti...
Se que donde sea que vayas van a haber dos cosas que siempre estarán contigo: mi cariño y el resplandor tenue de la luna... Hoy que está tan bonita, ya no puedo regalártela como antes, pero cuando la mires, recuerda que ella siempre te esta viendo y que yo.... yo.... yo siempre te estaré queriendo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Si olvidar fuera más fácil

Sé que no he dicho lo que debía y hecho lo que quería. Pero si has partido ya, yo no sé porque sigo pensando, recordando... Hoy te vi, escuche de ti y en la noche te di un beso. Todo parecía muy real hasta que me di cuenta que para ti, prácticamente ya no existo.

lunes, 30 de agosto de 2010

dos más dos es dos

Si pudiera, en este momento te abrazaría tan fuerte como pudiera, y aunque fuera por un momento, vería tus ojos infinitos y te daría todo el cariño que pudiera darte. Te diría todo lo que siento y amaría cada instante que pase a tu lado. puede que nunca lo llegues a saber, pero tu eres cada uno de mis recuerdos felices y cada uno de mis sueños de colores. Sea el lugar donde vayas y pase lo que te pase, mis pensamientos te acompañaran por siempre.

Un abrazo infinito

Jorge

miércoles, 11 de agosto de 2010

Sólo pienso en ti

"Tengo el valor de decirle que la voy a extrañar muchisimo, pero no el suficiente para decirle que es porque la quiero con todo mi alma y posiblemente ahora nada me va a doler más que su partida"

sábado, 22 de mayo de 2010

ahora que hacer..


He llegado a la conclusion de que no he decidido nada, de que lo que sé es porque me falta conocimiento, y que lo que siento lo he dejado por la razón.
¿Por qué me es tan difícil saber lo que pasa conmigo? He querido seguir el camino del arcoiris hasta la olla de oro, pero entre más me acerco me doy cuenta que quizas lo que quería era sólo ver si existía.
Ahora soy menos romántico y sé pensar con la razón; sinceramente creo que sólo quiero probar. Sí, sólo ver si es verdad. Pero no sé si quiero que sea así, yo siempre sentí que era diferente, que no era el camino, que más bien era la olla. Posiblemente porque la perdí y la quise de vuelta. Pero ya no es igual, no porque la olla halla cambiado con el tiempo, sino porque yo cambié y el arcoiris es ahora una vieja ilusión.
No se trató nunca de que el mundo giraba al rededor del tesoro, giraba al rededor de la idea de que era todo para mí. Una idea que me atormentó mucho hasta un día...¡El día que me dejo de importar! Es bastante logico. Pero me falto logica en esos tiempos y me sobraba corazón.
Ahora veo la olla, la que yo veía como el lugar donde estarían mis más preciados tesoros, mis ideas, mis cantares, mis dolores, mis caídas y levantadas, mi tu y mi yo, mi entrega y mi preocupación, mi corazón. Pero ahora sólo veo ganas, burdas ganas de nada.
Hace tiempo no sentía tanta decepción. Pero tampoco tanto incertidumbre. Es que también me cuesta creer que el cambio sea tan abrupto, yo pensé que uno quería para siempre, que la mente se hacía vieja, pero el corazón no. Como es posible que la haya buscado tanto, la encuentro, la veo y ..... no pueda terminar esta frase....
Maldita sea, y hoy mismo hablamos del tiempo...


viernes, 16 de abril de 2010

Hasta pronto querido amigo

No importa hasta donde el viaje te lleve, nunca olvides tu camino, y siempre recuerda tu hogar...
Cinco años compartimos, los que me queden serán para honrar tu memoria...
Un Saludo y un abrazo infinitos...

viernes, 5 de febrero de 2010

¡Hola te saludo aunque nunca sepa quien eres!

¡Hola! no te conozco sólo sé que te amo, y eso me hace muy feliz y espero que a ti tambien.

sábado, 23 de enero de 2010

Todavía y de vez en cuando

Ya parece como algo tonto, pero todavía y de vez en cuando él pasa por la que una vez fue la casa de ella, de la que salió y entro muchas veces, de donde tantas veces se despidió sabiendo igual que iba a volver pronto. No sabía él que luego se quedaría encerrado en ese ciclo en el de sólo pasar por enfrente y contentarse con ver la fachada de la casa, su casa, la que una vez fue la casa de ella.


pasa...sólo para ver que todo esté bien...que ella esté bien...aunque ya ni esté ahí.

martes, 19 de enero de 2010

La incertidumbre...

Es tonto, yo sé. Pero ni si quiera se si te quiero, no se si estoy así sólo porque han pasado ya cinco años y nunca te dije nada. Ni siquiera traté de robarte el último beso. No sé si sería bueno que estuviéramos juntos. Si deberíamos querernos. No lo sé, no sé por que pienso tanto en ti. No se por que todavía siento que me miras desde la luna y me hablas con el sonido del mar. No sé...
Pero si sé algo y puede que sea lo único que sepa... cuando pienso en ti se me mueve todo por dentro...como me gustaría decírtelo...o tal vez un beso pueda decirlo todo...

domingo, 17 de enero de 2010

Podría

Podría quedarme viéndola y viéndola y viéndola y viéndola.... horas y horas y horas y horas.... Es como un sueño...casi una ilusión...

sábado, 16 de enero de 2010

Un día común, poco común

Hace unos días iba yo caminado por la avenida central, buscando el bus para regresar a mi casa. Normalmente para eso hubiera caminado hasta el final de la avenida central y tomado un bus de San Pedro pero ese día recordé que a la vuelta de la esquina estaba la parada de los buses de Sabanilla. Y pensé que por que no, para variar irme por esa ruta.

En seguida me coloqué al final de la fila, y esperé mientras que esta crecía, a que llegará mi transporte. Era una tarde agradable y hacía buen clima, además venía de comprarme un regalito por lo que estaba de bastante buen humor; pensaba en la gente que caminaba con apuro, tanta gente y tantos lugares donde posiblemente podrían ir y además tantas causas por las que querrían ir a ese lugar.

En poco tiempo llegó el bus y mientras la gente de la fila iba entrando, yo sacaba de la billetera las dos monedas de cien que necesitaba para pagar. Cuando entré le pagué al busero, me vio con cara rara y me dijo algo todavía más raro pero como no le entendí sólo le agradecí y me puse a buscar algún asiento disponible. Rápido encontré uno junto a la ventana que se veía bien. Y me puse a observar de nuevo la gente que iba y venía caminando por la calle... tanta tanta gente.
Pero en eso, en medio de mi meditación, siento como que algo me toca suavemente el codo. En eso vuelvo a ver y descubro que una chica se había sentado a mi lado. En ese momento le eché un ojo y seguí en lo que estaba. Pero pronto me tuve que detener. Algo me llamaba la atención de ella; tenía un aroma muy diferente que me invitaba a acercármele. Si ese olor hubiera tenido cara, hubiera tenido una sonrisa dulce y cálida. Me volví una vez más a mirar a la chica, pero esta vez la vi mejor, sólo que me costó, porque en los buses uno está tan cerca de su vecino, que se vuelve un poco incomodo ver al otro. Sin embargo no fue para nada incómodo.

Las dos miradas calzaron como piezas de lego, había algo que se había conectado que había hecho surgir un muy agradable placer entre esta persona extraña y yo. Poco a poco ella fue acercándose a mí y yo a ella al mismo tiempo. Las palabras no fueron necesarias, las sensaciones era lo único existente en ese momento. Una felicidad muy extraña me dominó en ese momento tan particular. Simplemente no había nada que pensar sólo sentir.

Pero no podía ser así por siempre. Comencé a debatir conmigo mismo si debía pedir la parada en el lugar donde me lo había propuesto, en el lugar donde sólo la diferencia de nuestros caminos nos separara. Al final una mezcla de mi terrible inseguridad y razón me hizo pensar que que clase de loco sería yo bajándome en un lugar extraño sólo para seguir una persona extraña con quien quizás nunca hablaría. Justo en ese momento me di cuenta que estaba por llegar a mi destino. Miré hacia arriba, jale del cordón y le dije a esa persona con quien había pasado un momento tan agradable, que me diera permiso. Nos volvimos a ver y compartimos una sonrisa.

El bus se detuvo en la parada de derecho. Le agradecí al chofer y bajé hacia la calle. Busqué su cara a través de la ventanilla del bus y le mandé una ultima sonrisa que nunca sabré en realidad si llegó a recibirla. Volví a ver el cielo, al piso y al frente, una ultima sonrisa y empecé a caminar hacia mi casa.